Una silla que alguien abandonó al lado de los contenedores de basura. Vale, le falta una tabla del respaldo y el asiento esta áspero pero fuerte (es de rafia).
Pues se le hace una bonita funda de trapillo con restos de colores y en el respaldo una cincha y otra funda.
Ah, y se le cortan las patas para que sea bajita para coser mas cómodamente.
¡No me digáis que no ha quedado mona!
Y a mi gata Negrita también le gusta.
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